La reforma de un suelo radiante es una excelente opción para mejorar la eficiencia energética y el confort térmico de tu casa. Este sistema de calefacción, que distribuye el calor de manera uniforme desde el suelo, se ha convertido en una alternativa popular frente a los métodos tradicionales. Como especialistas en reformas en Málaga, sabemos que si estás considerando renovar o instalar un suelo radiante, es importante conocer los aspectos clave del proceso y las ventajas que ofrece ¡Por eso te lo contamos hoy con todo detalle!
¿Qué implica la reforma de un suelo radiante?
Reformar un suelo radiante implica la actualización o instalación de un sistema de calefacción bajo el pavimento existente. Este proceso puede realizarse tanto en construcciones nuevas como en viviendas ya habitadas. En el caso de reformas, es común aprovechar momentos en los que se planea cambiar el suelo para incorporar el sistema radiante, ya que esto facilita la instalación y minimiza las molestias.
Existen dos tipos principales de suelo radiante: el eléctrico y el de agua. El sistema eléctrico utiliza resistencias que generan calor al paso de la corriente, mientras que el de agua consiste en una red de tuberías por las que circula agua caliente, conectadas a una caldera o bomba de calor. La elección entre uno u otro dependerá de las características de la vivienda y las necesidades concretas de calefacción.
Proceso de instalación en una reforma
El proceso de instalación de un suelo radiante durante una reforma generalmente sigue estos pasos:
- Retirada del pavimento existente: se elimina el suelo actual para dejar al descubierto la base estructural.
- Preparación de la superficie: se limpia y nivela la superficie, asegurando que esté libre de imperfecciones que puedan afectar la instalación.
- Colocación del sistema radiante: dependiendo del tipo elegido (eléctrico o de agua), se instalan las resistencias o tuberías correspondientes.
- Aplicación de una capa de mortero: se vierte una capa de mortero sobre el sistema para protegerlo y proporcionar una base sólida para el nuevo pavimento.
- Instalación del nuevo pavimento: finalmente, se coloca el nuevo suelo, asegurándose de que sea compatible con el sistema radiante.
Beneficios de actualizar o instalar un suelo radiante
Optar por la reforma de un suelo radiante ofrece múltiples ventajas. Una de las más destacadas es la eficiencia energética, ya que este sistema opera a temperaturas más bajas que los radiadores convencionales, lo que se traduce en un menor consumo de energía y, por ende, en ahorro en las facturas de calefacción. Además, al estar oculto bajo el suelo, el sistema radiante no ocupa espacio en las paredes, permitiendo una mayor libertad en la decoración y distribución del mobiliario. También proporciona un calor uniforme y confortable, eliminando las zonas frías y creando un ambiente más agradable en toda la vivienda.
Consideraciones al reformar un suelo radiante
Antes de proceder con la reforma de un suelo radiante, es esencial evaluar el estado actual del suelo y la estructura del edificio para determinar la viabilidad de la instalación. Es importante revisar la altura del suelo, ya que la instalación de suelo radiante puede elevar el nivel del piso entre 2 y 5 centímetros. La elección del tipo de suelo también es crucial. Materiales como el gres o la piedra son excelentes conductores térmicos y se recomiendan para este tipo de sistemas. En cambio, la madera, al ser un aislante natural, puede no ser tan eficiente en la transmisión del calor.
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